En este post se reproduce parte de un trabajo de investigación de R. Martínez y M. Ballesty, presentado en las jornadas ARESNOA de 2014.
El sector minero en Catamarca
Síntesis de la evolución histórica
La minería fue y es una de las actividades
tradicionales en la provincia, tanto es así que era practicada por los pueblos
originarios de la región antes del arribo de la corriente colonizadora
española. No obstante, la evolución histórica de esta actividad fue bastante
peculiar. Gracias a su riqueza mineral, hasta finales del siglo XIX, Catamarca
fue la principal productora minera del país, pero el nivel de actividad decayó
durante todo el siglo XX. Recién hacia fines de los noventa resurgió con un
impulso tan fuerte que en pocos años logró convertirse en la actividad más
importante de la provincia. Por caso, en el año 2006, la minería comprendía más
del 60% del PPP[1].
Si bien durante la época de la Colonia ya se
registraron expediciones hacia las montañas en busca de minerales preciosos,
los orígenes de la actividad minera catamarqueña moderna se remontan a la
primera mitad del siglo XIX, cuando se buscaban alternativas comerciales a los
mercados del norte y de la provincia de Córdoba. La minería del siglo XIX
requería del empleo de gran cantidad de recursos, principalmente mano de obra, por
el escaso desarrollo de maquinaria para la extracción y la baja disponibilidad
de animales para el transporte.
En 1856, se inauguraron las minas de La
Restauradora, Isabel, Pelegrina y Argentina y, poco después, la mina La
Rosario. Su producción en los ingenios Pilciao y Pipanaco en Andalagá y Pomán,
representaban la explotación de cobre más relevante hacia fines del siglo
XIX. Según informes de la época, en 1868,
Catamarca era la provincia minera más importante del país, seguida por San Juan
y La Rioja. Durante ese año el valor de la producción total minera alcanzó un
ingreso tres veces mayor que el derivado de la agricultura en concepto de
exportaciones.
En 1869, la Inspección General de Minas de la
Nación realizó un minucioso informe sobre los distritos minerales, minas y
establecimientos del país, donde puso de manifiesto la desventajosa posición
geográfica de Catamarca y el consecuente aislamiento de centros de tráfico y de
comercio que conspiraban contra su progreso industrial. Recién en 1883 el ramal
ferroviario se extendió hasta acercarse a la capital de la provincia, pero no
se logró una integración mayoritaria a través del ferrocarril y se mantuvo un
sistema de transporte lento y costoso. La carencia de medios de transporte
económicos, el agotamiento de las capas superficiales, el encarecimiento de la
mano de obra producto de la emigración y la escasez de crédito fueron algunos
de los factores internos que conllevaron al fin de la época dorada de la
minería catamarqueña. A esto se adicionaron los condicionantes externos, entre
los cuales se destacó el crecimiento de la oferta mundial de cobre y, de manera
concomitante, el surgimiento de grandes compañías cupríferas en el resto del
mundo, lo cual desembocó en una caída vertiginosa del precio internacional del producto.
Hacia el año 1886, la actividad minera había declinado fuertemente, con una
disminución significativa de las exportaciones y una merma importante en tan
solo cuatro años.
Durante
el siglo XX, la actividad minera estuvo signada por la explotación a baja
escala. Por caso, la explotación de wolframio, mineral requerido en la
producción del acero, se destacó en la década del cuarenta y cincuenta,
potenciada por la Segunda Guerra
Mundial. En los años siguientes, la minería provincial se orientó a la
explotación de manganeso, cuyo logro más relevante fue la creación de la
empresa interestatal YMAD[2]
en 1953, para proveer de ese mineral a las empresas Hornos Zapla y SOMISA, con
la explotación del yacimiento de Farallón Negro. Si bien este primer proyecto
terminó viéndose truncado, la reorientación del yacimiento hacia la extracción
de oro y plata condujo a esta empresa a ser la más importante de la provincia
hacia los años noventa.
Entrado el siglo XXI, con el descubrimiento de
yacimientos de cobre, plata y oro en Bajo la Alumbrera, departamento de Belén, se
contrató a una consultora de origen canadiense para la elaboración de un proyecto de explotación a
cielo abierto, en el cual justificaban la inversión de alrededor de 700
millones de dólares en una gran obra que daría trabajo a una apreciable
cantidad de obreros, empleados y personal técnico[3].
Catamarca
debe su fuerte aunque intermitente protagonismo en el mundo de la minería a sus grandes riquezas minerales. La
provincia cuenta con una rica orografía que supera el 70% de su superficie,
contiene inmensos yacimientos de minerales metalíferos, no metalíferos y de
rocas de aplicación (estas últimas constituyen el 90% de la riqueza minera). Los minerales
metalíferos y no metalíferos predominan en la Región de la Puna y la región
Oeste de Catamarca. Las rocas de aplicación se localizan predominantemente en
la Región Este de la provincia, con yacimientos de caliza, yeso y laja.
En el departamento de Antofagasta de la
Sierra, se encuentra el Área de Reserva Geológica Minera del Salar de Antofalla
con importante presencia de boratos y sales portadoras de litio y potasio. La
Reserva del Cerro Galán cuenta con minerales tales como plomo, zinc, plata, oro
y cobre; mientras que en la Reserva de Cerro Blanco se caracteriza por la presencia
de cobre, oro y plata. El Cerro Chascon tiene reservas de plomo, zinc, plata y
cobre y Diablillos presenta sectores con alteración hidrotermal, con importantes
tenores de oro. En la Hoyada, departamento de Tinogasta, pueden encontrarse
sulfuros polimetálicos con plata y oro. En Laguna Verde existen áreas de
alteración hidrotermal con mineralización de oro. Otra área de reserva minera se
localiza en el Departamento Andalgalá, constituyendo un depósito vetiforme
aurífero y sectores con alteración hidrotermal con mineralización de oro, cobre
y plata. Asimismo, en el departamento
Andalgalá encontramos la Reserva Filo colorado, depósito de tipo cobre
porfídico, importante por el contenido de oro y cobre. Este sector se encuentra
en las proximidades de la exploración de Agua Rica, yacimiento con importantes
reservas de cobre, molibdeno y oro.
A pesar
de su gran potencial minero, sin embargo, hacia principios de los noventa, aún
no se daba el gran salto
cuantitativo que caracterizaría a la actividad minera poco después. Según
datos del Censo Nacional Económico de 1993, la provincia contaba con solamente
8 establecimientos dedicados a la actividad minera, que ocupaban a 432
personas. La Formación Bruta de capital Fijo de ese año alcanzó los 3,2
millones de dólares, dedicados principalmente a la prospección, exploración,
preparación y desarrollo de nuevas explotaciones y la inversión en maquinarias
y equipos.
Por otro lado, las reformas económicas que venían sucediéndose, la Ley de
Inversiones Mineras de 1993[4] y la reforma de la Constitución Nacional en 1994, proporcionaron
un marco adecuado para el arribo de grandes capitales para la inversión en
minería. El stock de capital invertido en Argentina pasó de U$83 millones
durante 1992 a más de U$1.000 millones en 1999. Esta evolución se explicó
mayoritariamente por el desarrollo de tres proyectos nacionales de producción
orientada al mercado mundial, dos de los cuales estaban localizados en la
provincia de Catamarca: Bajo la Alumbrera[5],
Salar del Hombre Muerto[6].
A continuación se describirá brevemente cada uno de ellos.
Además, posee en ejecución un tercer proyecto de
explotación minera, conocido como Agua Rica, ubicado en el departamento de
Andalagá, a apenas 35km de Bajo la Alumbrera. El mismo presenta obras
realizadas y en ejecución que incluyen perforaciones, campamentos, caminos,
estudios ambientales y topográficos y evaluación de recursos hídricos. Según
los estudios de factibilidad llevados a cabo hasta el momento, tiene una
potencialidad de producción de 140.000 toneladas de cobre, 9.200 toneladas de
molibdeno y 124.600 onzas de oro por año en promedio y los principales destinos
de dicha producción serían Japón, Corea, China, India, Europa, y EEUU.[7]
Otros proyectos mineros importantes son Cerro Atajo, Farallón Negro, Incahuasi-Cardero, Pilciao 16, Sal de Vida y, finalmente, Minera y Energética
SE (CAMYEN SE).
En el año 2003, casi una década después del
paquete de medidas de promoción a la minería que se venía implementando, el
número de establecimientos se había prácticamente cuadruplicado, llegando a 30
según el Censo Nacional Económico. En lo que respecta a la cantidad de mano de
obra empleada, el promedio anual de 2003 muestra que 1.343 personas estaban
avocadas a la extracción y producción de minerales en Catamarca, lo que
equivale a más del triple del personal ocupado en 1994. Más aún, el valor de la producción había crecido más de
87 veces en ese lapso. Como se observa en el cuadro 21, el mayor volumen de extracción
correspondió a la materia prima para la elaboración de cal y cemento y los
minerales de mayor valor generado fueron el cobre y el oro.
Cuadro 21 - Volumen y valor de la
producción a precios de productor, en planta de beneficio. Año 2003
UM: Unidad de medida
Fuente: INDEC
El abrupto crecimiento de la actividad minera
a partir de mediados de la década del noventa modificó completamente la
estructura productiva de la provincia, dando lugar a un cambio cualitativo.
Este cambio se fundó en el crecimiento exponencial de la actividad minera
El ciclo minero
La minería manifestó una violenta recuperación desde
finales de la década del noventa a la actualidad. Durante las décadas del
setenta y ochenta y hasta el año 1996, el PB minero rondó entre 1,6 millones de
pesos de 1993 (año 1977) y los 19,5 millones
de pesos de 1993 (año 1972). En 1997 trepó a 51,1 millones de pesos
constantes y en 1998 a casi 298 millones de la misma moneda. Luego de ciertos
vaivenes en los años posteriores, entre 2002 y 2005, rondó os 700 millones de
pesos de 1993.
Esta trayectoria implicó que la incidencia de la GD2 en
el PBP fuera oscilante: 2,6% en la década del setenta, menos del 1% en la
siguiente, 4,7% en la década del noventa, hasta constituirse en prácticamente
un tercio de la economía local en la década del dos mil. El derrotero minero
mostró, entonces, dos etapas bien diferenciadas a partir de la incorporación de
la empresa La Alumbrera (véanse los gráficos
6.1 y 6.2).
En la primera etapa se consignaron máximos de lo
producido en los años 1975, 1979, 1984 y 1991, y mínimos en 1977, 1981, 1986 y
1992. Posteriormente, se produjo un máximo en 1999 y un mínimo al año siguiente.
Gráfico 6- Evolución
del PB MINERO de Catamarca en el período 1970/1996
(millones de pesos, a precios constantes de 1993)
Fuente:
Elaboración propia sobre datos del Ministerio de Economía de la Nación, CFI y
el Instituto de Estadística Provincial.
Nota:
Se resaltaron con color naranja los puntos máximos ocurridos en los años 1975,
1979, 1984 y 1991, los mínimos en amarillo, en los años 1977, 1981 y 1986.
Gráfico 6.1 - Evolución
del PB MINERO de Catamarca en el período 1997/2006
(millones de pesos, a precios constantes de 1993)
Fuente:
Elaboración propia sobre datos del Ministerio de Economía de la Nación, CFI y
el Instituto de Estadística Provincial.
La intensa recuperación de la GD 2 en
la década del dos mil se plasmó en el gráfico 8 en donde se observa la
participación de cada uno de los sectores económicos catamarqueños clasificados
según Grandes Divisiones.
Gráfico 8 - Evolución
de lAS GD POR DECADAS EN EL período 1970/1996
(en porcentajes del PBP en cada década)
Fuente: Elaboración propia sobre datos del
Ministerio de Economía de la Nación, CFI y el Instituto de Estadística
Provincial
RECUADRO 1. IMPACTO DE LA MINERIA EN CATAMARCA
Desde la perspectiva de
la recaudación tributaria, la actividad de extracción de minerales metalíferos
tiene una importante capacidad de generación de impuestos y regalías que son
utilizados para financiar diversas actividades del sector público tanto a nivel
nacional, como provincial y municipal. Los beneficios que deja la minería a la
provincia se dan en concepto de canon minero, cuya recaudación se incrementó
algo más del 85% entre 2002 y 2006. En este período, los ingresos por regalías
crecieron un 250%. Las regalías percibidas por las provincias mineras se
calculan como el 3% del valor de los minerales en boca de mina. Dicho valor es
obtenido en el primera etapa de la comercialización, una vez deducidos los
costos directos y/u operativos necesarios para llevar el mineral de boca de
mina a dicha etapa, con excepción de aquellos
inherentes al proceso de extracción.
El Estado Nacional, a su
vez, se beneficia de la renta minera a través del impuesto a las ganancias que capta
parte del beneficio obtenido por las empresas, así como de las retenciones a las exportaciones de
10% impuestas a partir del año 2002 ante el aumento del precio internacional de
los metales. Si bien el aumento de los precios de commodities en la década del dos
mil generó beneficios extraordinarios para los exportadores, la decisión de
fijar un impuesto a las exportaciones fue controvertida, ya que la Ley Nº 24196
de 1993 preveía una estabilidad tributaria de treinta años con el fin de
alentar las inversiones en el sector.
Gracias al crecimiento sostenido del sector, la recaudación
tributaria originada en la actividad minera ha experimentado un gran incremento
en los últimos años, y, como tal, se ha vuelto una fuente de ingresos clave
para el gobierno provincial. Según datos de la Dirección Nacional de
Coordinación Fiscal con las Provincias, la tasa de crecimiento de las regalías
mineras fue de 192,32% solo entre 2004 y 2007. Sin embargo, esto contrarresta solo en pequeña medida la
dependencia en la coparticipación, ya que en el mismo período, la participación
de las regalías mineras sobre el total de los ingresos tributarios provinciales
aumentó de 65% a 91%, pero este 91% solo representa el 6,3% de los ingresos
corrientes totales de la provincia, mientras que los ingresos de origen
nacional representan el 67%.
Por último, el desarrollo
de la minería también reconfiguró el patrón de inserción de Catamarca en el
mercado internacional, aumentando significativamente el valor de las
exportaciones mineras catamarqueñas. Esto no solo fue consecuencia del
incremento de la producción, si no que la creciente demanda de minerales del
mercado mundial actuó en gran medida como el puntapié necesario para poner en
marcha el crecimiento en primer lugar, en un círculo virtuoso que siguió
realimentándose al menos hasta la crisis internacional de 2008, con auges en 2007 y 2010 cercanos a los U$1.500 millones en
exportaciones de origen mineral.[8]
Si bien en 2012 el valor
de las exportaciones de Catamarca representaba solo el 2,17% de las
exportaciones nacionales, el 93% de las mismas correspondieron al sector
minero, quedando a la vista que, de no ser por la minería, las exportaciones de Catamarca serían prácticamente
nulas. Gracias a esta actividad, Catamarca se ubicaba en 2012 como la tercera
provincia más relevante por el valor de sus exportaciones mineras. Del total
de estas, la mayor parte corresponde a la exportación de cobre.
[1]
Esta estimación surgió de la
actualización del PBP en períodos recientes, sin embargo, dada la estructura de
las Cuentas Nacionales provinciales en el año 1993, y en función de la ponderación
de la GD2 en ese año, es sumamente difícil que alcance tal porcentaje, no
obstante, la magnitud de la minería en
Catamarca es sumamente importante.
[2] Yacimientos
Mineros de Agua de Dionisio
[3]
Tras
una licitación pública, YMAD adjudicó la explotación a esta misma empresa a
pesar de que no contaba con el capital necesario para llevar a cabo la una
inversión de las magnitudes necesarias. Tiempo después se dio a conocer que la
empresa concesionaria había vendido la mitad de sus acciones a una empresa
australiana, denominada Mount Isa Mininq. Los nuevos directores introdujeron
cambios sustanciales en las previsiones originales del proyecto minero. Se
acordó el transporte de los minerales por la provincia de Tucumán, mediante la
consrucción de un ducto, para transportarlo luego por el Ferrocarril Mitre
hasta el puerto de Rosario. Asimismo, en esa época se logró que el gobierno
provincial rebajara por ley el porcentaje de las regalías desde 6% a 3%, previa
deducción de los costos operativos.
[4]
La ley de Inversiones Mineras de 1993, surge
como reemplazo del estatuto de promoción minera, e instala un nuevo paradigma
caracterizado por facilidades arancelarias, eliminación del estado como único
explotador de algunos productos mineros, desgravación impositiva, fijación de
un tope de regalías que pudieran recibir las provincias y estabilidad fiscal
por 30 años.
[5]
El
lanzamiento del proyecto Bajo la Alumbrera, dedicado en sus comienzos a la
producción de oro y cobre, convirtió a Catamarca en la provincia con mayor
inversión minera del país. El proyecto, valuado en U$1.200 millones, pertenece
a la empresa Minera Alumbrera Limited, integrada en un 50% por MIM, y por Río
Tinto y BHP Billinton, que completan el 50% restante. Se ubica en el
Departamento de Belén, unos 150km al noroeste de la localidad de Andalagá. Se
considera que es uno de los proyectos mineros más importantes de todo
Latinoamérica y se destaca como una de las 10 minas más importantes del mundo.
La producción se destina a la exportación a Corea, Japón y Canadá, en donde se
ubican compañías refinadoras de las más renombradas a nivel mundial. Fomentada
por la benévola legislación vigente, el aumento sostenido de la demanda global
de cobre y el alto nivel de precios en los mercados internacionales, la
relevancia de la extracción de metales preciosos lleva a Catamarca a
representar el 75% de la producción de minerales metálicos del país.
[6]
El
segundo gran emprendimiento de la provincia es la explotación de litio en el
yacimiento Fénix-Salar del Hombre Muerto. Ubicado al noroeste de la provincia,
en el departamento de Antofagasta, el emprendimiento pertenece a la corporación
FMC, a través de la Minera del Altiplano S.A. Se estima que la explotación de
esta mina podría perdurar por 40 años, extrayendo cloruro y carbonato de litio,
los cuales son exportados en su totalidad vía ferrocarril hacia Antofagasta de
Chile, para luego ser embarcados hacia Estados Unidos. Las plantas de
tratamiento construidas para estos minerales significaron una inversión de más
de U$130 millones. En 1999 se discontinuó la producción de carbonato de litio.
[7]
En
marzo de 2011, Xstrata Copper y Goldcorp suscribieron una carta de intención
con Yamana Gold -hasta entonces propietaria de Agua Rica- por la que se otorgó
a Minera Alumbrera una opción exclusiva sobre el 100% del proyecto de cobre y
molibdeno. Se estima que la producción comenzará en el año 2018.
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