Es difícil aceptarlo, cuesta asumirlo, pero hay que ser
categórico, no crear falsas esperanzas, no ilusionarse ni tener expectativas
sobrevaloradas. La ESCUELA NO CAMBIARÁ
EL MUNDO, en tanto la misma es una institución concebida para la
instrucción de la población, en particular de los niños de una sociedad, es
decir, su función principal es sociabilizar a los chicos. Enseñarles a los
pequeños como deben comportarse en las variadas circunstancias de la vida en
sociedad, en cierta medida reproducir las prácticas sociales que imperan.
No estoy escribiendo
nada nuevo...sin embargo estimo brindar una mirada un tanto personal.
Luchar por una escuela
pública, laica y gratuita es necesario y correcto. También lo es incluir a
todos los chicos dentro de esta institución. Creo pocos pueden oponerse, ahora
bien, otra cosa totalmente distinta es acordar en definir en concreto cuál es
el sentido, el para qué de la escuela pública, laica y gratuita, qué significa
incluir y qué excluir o qué se espera de los chicos que terminen los años de
escolarización.
En la actualidad pocos
discuten la escuela pública, laica, gratuita y obligatoria, tampoco se pone en
cuestión que el estado debe financiar la educación, sin embargo no hay acuerdo
en torno a qué educación debe financiar el estado, cuánta financiación es la
adecuada, en que se gastarán estos recursos, quién debe decidir que contenidos,
propósitos y objetivos tiene la escuela. Ante esas preguntas las respuestas son
múltiples y variadas.
No me propongo en este post
brindar una respuesta acabada para todas las preguntas abiertas, quizás pueda
esbozar algunas pistas para algunas cuestiones, el objetivo de estas líneas es
discutir contra el espíritu o la visión que propone que "La educación
cambia al mundo".
Esta visión deposita una
esperanza de cambio social por medio de la escuela y/o la educación, muchas
veces sin responder algunas cuestiones que estimo centrales por ejemplo, cómo
aspirar a la igualdad mediante la educación en un sistema estructuralmente
desigual, que promueve la desigualdad como forma de sostenerse y reproducirse,
desigualdad sobre la que se basa la ganancia de un puñado de hombres
(poseedores de los medios de producción, capitalistas)
que explota a la gran mayoría del pueblo (desposeídos de los medios de
producción, trabajadores). Cómo
sin antes transformar las relaciones sociales de producción va a cambiar la
educación, porque finalmente la escuela reproduce la sociedad existente, y
desde sus cimientos y origen se propone contener las aspiraciones de los desposeídos.
Sin dudas queremos otra sociedad para otra escuela (y educación) y queremos
otra escuela hacia la conquista de esta (otra) sociedad.
Mas allá del rol social de la escuela, que reproduce las
relaciones existentes, que moldea las conciencias de los futuros trabajadores,
que los “sociabiliza”, hay que defender la escuela pública, laica, gratuita y
obligatoria, porque es una conquista de los desposeídos, es un acceso privilegiado al conocimiento, la
cultura y la ciencia. La conquista está en obligar al Estado a financiar y
garantizar el acceso a la escuela de todos los chicos, pero no alcanza, hay que
luchar por substraer a la escuela de toda influencia por parte del Estado,
siguiendo a Marx en la “Crítica al programa de Ghota”: “Eso de
"educación popular a cargo del Estado" es absolutamente inadmisible.
¡Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las
escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las
materias de enseñanza, y(…) velar por el cumplimiento de estas prescripciones
legales mediante inspectores del Estado, y otra cosa completamente distinta es
nombrar al Estado educador del pueblo”. Definitivamente queremos
que el Estado quite sus garras ideológicas de las escuelas, deben ser los
docentes, no docentes, estudiantes y padres quienes deben decidir cómo se
utilizan los recursos, qué contenidos, propósitos y objetivos debe tener la
escuela.
Cambiar el mundo es una tarea urgente
para todos aquellos que pensamos que la desigualdad económica, social y política
es una arma de dominación material e ideológica puesta al servicio de los
capitalistas, los poseedores de los medios de producción, que viven del trabajo
ajeno, para los que pensamos (y sentimos) que hacemos un gran esfuerzo laburando
de sol a sol para que otros tengan los disfrutes de nuestro trabajo. Sin lugar
a dudas la escuela es un lugar necesario y privilegiado para empezar el cambio,
pero es insuficiente porque el poder económico, social y político está en otro
lugar, en las industrias, los campos, los servicios de transporte, los bancos,
el congreso, “la calle”, los medios de comunicación, “los barrios”…. Es en
estos lugares donde se juega el cambio social.
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